Hace unos días unos amigos estuvieron en casa y junto con ellos estuve viendo algunos pequeños detalles que tenemos en casa. Pequeños detalles que para nosotros pasan desapercibidos, porque ya estamos habituados ellos, pero que sin ellos, nuestra vida no sería así.
He estado pensando que os pueden ser de utilidad o no, eso ya lo decidís vosotras.
Las casas están pensadas para la comodidad adulta, eso es lógico, pues son los adultos los que suelen trabajar en ellas.
Los niños siempre están dispuestos a ayudar, siempre quieren ayudar. El problema es que no estamos adaptados para recibir sus ayudas. ¿Cuántas veces te has puesto a barrer y ellos también han querido?¿Cuántas veces limpiar el suelo? ¿Cuántas poner la mesa?¿Cuántas…?
Recuerdo cuando le regalaron a mi hijo el típico conjunto de escobita, fregonita y cubo de juguetes. Nunca los llegó a utilizar. Sin embargo siempre estaba dispuesto a limpiar con mi gran fregona.
Solución fácil y cacera, fabricar una pequeña gran fregona. No hay un material más fácil de hacer. Cogemos una fregona nuestra, le quitamos el tapón del extremo superior, lo cortamos a medida de nuestro hijo, le volvemos a colocar el tapón superior y listo. Realizar lo mismo con la escoba. Como cubo utilizar uno igual que el nuestro. Todo listo para pasar largas horas de limpieza juntos.
Advertencia: No me responsabilizo de las grandes inundaciones. JAJAJA. Ya sabéis que las grandes ayudas a veces se convierten en el doble de trabajo. Pero la buena voluntad de nuestros hijos bien lo merecen.
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